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Estudiantes de la Escuela Nacional de Danza Folklórica muestran su desarrollo artístico en danzas tradicionales

Uno de los objetivos de la Escuela Nacional de Danza Folklórica (ENDF) es formar profesionales que posean dominio conceptual, coreológico y metodológico de los diferentes géneros dancísticos-musicales y danzas tradicionales, para con ello mostrar el desarrollo artístico de los estudiantes del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) a través de la presentación de danzas tradicionales como la llevada a cabo la semana pasada en la Plaza Ángel Salas del Centro Cultural del Bosque. 

Dentro de las presentaciones de los alumnos de la ENDF, se encuentra la danza de los parachicos de Chiapas, a cargo de los profesores Julio Daniel Ruiz Galindo, Raúl Salinas Castrejón y Juan Jesús Bustos Islas, quienes contaron con la asesoría de Rita Cifuentes González, especialista de la UNACH. Presentada por los estudiantes de los grupos 402, 403 y 404.

 Este tipo de manifestaciones dancísticas dialogan con las raíces y tradiciones de México. En particular, la danza de los parachicos está estrechamente ligada a una leyenda de Chiapa de Corzo que relata la visita de una mujer que buscaba la cura para su hijo, “para el chico”, que no podía caminar a causa de una extraña enfermedad.

Los curanderos de la región consiguieron que el niño recobrara la movilidad y en agradecimiento la madre mandó traer grandes cantidades de animales y cereales. El día de San Sebastián, la mujer sacó a su hijo por las calles para alejar todo tipo de crisis de la localidad de Chiapa de Corzo. Los lugareños relacionaron el suceso con la abundancia, por lo que conmemoraron el acontecimiento con indumentaria y danzas.

Los estudiantes de la ENDF también mostraron diversas propuestas pertenecientes a la huasteca, región geográfico-cultural de la República que posee diversas danzas tradicionales, muchas de éstas ligadas al ciclo agrícola del maíz. Como ejemplo de ello presentaron la danza de las varitas, del municipio de Tanquián de Escobedo, a cargo del profesor Víctor Israel Lozano Nogales, con los jóvenes del grupo 201, la danza de Xochitines, de la localidad de Cojolapa, Tamazunchale, a cargo de José Luis Salinas Castrejón, que dirige a los alumnos del grupo 202 y la danza Montezontinih, de Ojital Cuayo, Veracruz, a cargo de Juan Carlos Palma Velasco, quien trabaja con el grupo 203.

También se contó con la danza de tocotines, moros y españoles, de Xochitlán, Puebla, que fue interpretada por alumnos de los grupos 403 y 404, a cargo de los docentes Raúl Salinas Castrejón y Juan Jesús Bustos Islas.

En el programa se encuentró también Danza de rayados chichimecas del municipio de Victoria, Guanajuato, asesorada en curso de informantes por los profesores J. Eloy Chavero Camacho (encargado de la danza) y Esaú Eloy Chavero Zarazúa (músico), a ellos se suman a los profesores Manuel Isaías Ángel Mariano y Julio Daniel Ruiz Galindo, que presentan a los grupos 401 y 402.

Avanzando en el programa de esta muestra, interpretaron dos ejemplos del Estado de México: danza de moros y cristianos, de San Pedro Zumpahuacán, por el grupo 203, y cuadrillas de carnaval del municipio de Chimalhuacán, con estudiantes del 202, a cargo de los profesores Juan Carlos Palma Velasco y José Luis Salinas Castrejón, respectivamente.

Para el cierre del festival bailaron la danza de bárbaros, de Silao, Guanajuato, a cargo de Raúl Salinas Castrejón y los alumnos del 601, y danza de los viejitos de Cherán, Michoacán, con integrantes del 801 a cargo del profesor José Luis Salinas Castrejón.

Estas muestras coreográficas derivan de los cursos de informantes y contenidos de las asignaturas de Danzas Tradicionales y Práctica de las Tradiciones Dancísticas, que es donde los estudiantes construyen y viven la danza.

Durante las danzas se percibe el valor del detalle, “la experiencia se acumula a través de la lectura de un texto, en el conocimiento de la cosmovisión de la comunidad, en la comprensión de cómo la orografía de la población impacta en los sentidos de la comunidad”, comenta Pedro Manuel Mariscal Herrera, secretario académico de la ENDF.

En las danzas—agrega— toman sentido las decisiones de los movimientos y el aporte al quehacer de la profesionalización de nuestro intérprete. La práctica brinda calidad, finura y riqueza en la disciplina y es el resultado del trabajo. Se puede asegurar que se trata del camino a lo sublime, de lo que implica una extrema belleza.

 El secretario académico de la ENDF dijo que las muestras son acercamientos y proyecciones de danzas de rituales ciclos festivos tradicionales. “Cada comunidad aporta sus motivos sobre la fertilidad, sus deidades, ofrendas, etcétera. Uno de los hallazgos más interesantes es que la danza es un fenómeno artístico vivo, que no es estático, evoluciona y, según las necesidades de la población o acontecimientos sociales, culturales o educativos, se transforma de forma permanente”.

Explicó que “la danza posee una evolución de la tradición y recrea el origen de las causas, el mecanismo de la repetición es uno de los ejes más importantes. Introduce a los bailarines a un estado de conciencia muy especial, por ello se suelen hacer propuestas sociales innovadoras y creativas”.

En la Plaza Ángel Salas se hará específicamente “una reproducción lo más fiel posible de las danzas tradicionales de las comunidades que en la Escuela Nacional de Danza Folklórica se estudian con enorme fidelidad”, concluyó Mariscal Herrera.

Fuente: INBAL